«¡Celebra la vida! ¡Celebra la vida!». Mientras sonaba esta canción a todo volumen ha entrado este sábado, 7 de mayo, en la explanada de la catedral de Santa María la Real de la Almudena una representación de los participantes en la fase diocesana del Sínodo. «Gracias de corazón por vuestra presencia, por vuestro trabajo y por hacer visible que caminamos juntos», ha dicho el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, en el inicio del acto.
El purpurado ha incidido en la importancia de «caminar juntos» para ver el «modo y manera de hacer verdad esas palabras que el Señor nos dijo antes de ascender a los cielos: “Id al mundo y proclamad el Evangelio”». En esta «época nueva», ha aseverado, se trata de hacer presente a quien es «el Camino, la Verdad y la Vida». «Solo Jesucristo da sentido a la vida y a la historia y con ese convencimiento nos hemos reunido», ha insistido.
En la consulta en Madrid han participado más de 600 grupos, con cerca de 11.000 personas, cuyo trabajo «refleja la pluralidad de la Iglesia en Madrid y sus diferentes sensibilidades» y «también la sensibilidad, las esperanzas y las preocupaciones de nuestra sociedad», como se ha escuchado en uno de los vídeos proyectados durante la tarde. «Ha sido una consulta veraz, real y eficaz», ha señalado el periodista de COPE Mario Alcudia, que ha conducido el acto junto a su mujer, la también periodista Sandra Madrid.
El responsable de esta fase, Antonio Ávila, ha agradecido la labor del equipo coordinador y ha detallado que han leído «más de 3.000 folios que hay que sintetizar en diez páginas que tenemos que mandar a la Conferencia Episcopal» para la aportación española, que irá a la fase continental, de septiembre de 2022 a marzo de 2023, y de ahí a la Asamblea General en Roma, en octubre de 2023. «Mala cosa sería que diéramos una patada hacia arriba», ha advertido, pidiendo que en la propia diócesis se gestione «la riqueza de las aportaciones».
Pertenencia eclesial y testimonio
Como se ha visto en otro vídeo, en este tiempo se ha constatado que muchos no sienten una pertenencia a la Iglesia local, sino que se centran más en sus parroquias o movimientos, sin mirar a otros, y que hay que «vivir con coherencia el Evangelio» y «dar testimonio personal y comunitario». Entre otras cosas, «es clave la oración y el encuentro personal con Dios» y «nuestro distintivo debe ser la escucha» atenta, como «forma de relacionarnos con el mundo» y «rompiendo estereotipos».
En esta línea, varios participantes han agradecido la experiencia de estos meses. Miriam Pons, una joven de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, ha señalado que ha sido «una oportunidad para sentirnos parte de la Iglesia». Y el coordinador de la Vicaría III, José Luis Gallego, ha analizado que quizá a veces estamos como en un atasco en la A6, «cada uno por su carril», unos van a Burgos y otros a la Coruña, pero que, igual que se ha visto en el Sínodo, tenemos que vivir más al estilo del Camino de Santiago, que se recorre juntos, hacia a un mismo sitio. «El destino es el mismo. Quien nos llama es el mismo. El camino no lo hago solo porque el camino es uno. El camino es Él», ha abundado.
Entre los temas que han salido en los grupos, enumerados en otro vídeo, están la «forma de abordar autoridad»; el «papel de la mujer»; la necesidad de hacer una «opción prioritaria» por los jóvenes; la importancia se «superar el clericalismo tanto de presbíteros como laicos» y generar «espacios de participación»; la conveniencia de «repensar nuestra forma de celebrar» para que haya celebraciones vivas y profundas; la potenciación de «la corresponsabilidad en la misión»; la valoración de la «pluralidad de carismas»; el diálogo con la sociedad, el cuidado de «la vida matrimonial», o «formarnos en sinodalidad».
También han emergido otras cuestiones, recogidas en un último vídeo, como «la formación en doctrina social de la Iglesia», «la acogida a divorciados y personas LGTBI», los abusos sexuales, «la austeridad y la transparencia, o «el cuidado de la naturaleza».
Durante el acto, ha habido también espacio para la música con las actuaciones de Jorge González, la ganadora de Madrid Live Talent, María Díaz-Leante, o un pequeño coro formado por Toño Casado y otros participantes del concurso juvenil.
A la conclusión, ha tenido lugar una Misa presida por el cardenal Osoro y concelebrada, entre otros, por los obispos auxiliares monseñor José Cobo y monseñor Jesús Vidal. En su homilía, el purpurado ha asegurado que tenemos «la tarea de comunicar la Buena Noticia» y recordar que «somos hijos de Dios y que, si acogemos este título y lo ejercemos, somos hermanos de todos». «O lo hacemos sinodalmente o no cumpliremos la misión que Jesucristo Nuestro Señor entregó a la Iglesia», ha añadido.
Como ha destacado, hoy hay muchas voces de «una cultura dominante que aliena y manipula» y ha planteado si seremos capaces de escuchar la voz de quien cambia la vida, de quien «nos dice que Dios nos ama, que Dios no nos ha abandonado», que «somos hombres y mujeres para dar vida». «Iglesia, despierta. Iglesia, no te entretengas en dimes y diretes. Iglesia, sigue las huellas de Cristo», ha exclamado.
En esta fase diocesana que ahora termina, el propio arzobispo se ha involucrado activamente y ha mantenido encuentros con representantes de distintos sectores de la sociedad como políticos, profesores de universidad, empresarios, representantes de sindicatos, artistas y deportistas o personas en situación de vulnerabilidad.